martes, 21 de agosto de 2012

Como él By Whisperof & Pink Girl

Hola a todos *-* Este oneshot nació gracias a que el grupo de autores organizó un evento al cual lo llamaron "Reto de a dos", bien, tuve el honor de escribir junto a Aliss R Alemán *-* y esto fue lo que salió. Espero les guste.

Resumen: 
Luego de un súbito episodio, ninguno pensó que sería como el otro, literalmente.
"Como una sombra, como un espejo, como él."

Autoras: Whisperof y Pink Girl
Rated: R +16
Categorías: Slash 
Personajes: Bill, Tom, Jörg, Simone, David Jost.
Advertencias: Incesto, lime.
Género: Fantasía, Romántico, Drama.
Pareja Principal: Bill - Tom
Notas de las autoras: 
-Aliss: Espero que les guste; la idea vino tras  un largo día después de ingerir grandes cantidades de jugo de fruta. Fue dulce y algo agria también, como la historia.
-Pink: Fue una experiencia muy agradable escribir con Aliss *-* la temática vino de ella y creo que demoramos poco en terminarlo.
Banner hecho por Aliss R Aleman



La distribución de los muebles y artefactos lucía perfectamente alineado pese a tener cuatro mascotas caminando de aquí para allá; uno de los enseres abrazaba ambos cuerpos que permanecían codo a codo, sin embargo, la conversación por móvil que uno de ellos mantenía comenzaba a tensarlos cada vez más, no por nada eran hermanos gemelos al compartir emociones en su invisible conexión. 

Uno oía el diálogo, el otro tensaba los nudillos de sus dedos. 

El día pudo ser como cualquier otro si el teléfono no hubiera sonado con ese nombre apareciendo intermitentemente; con el simple hecho de leer esas letras, provocaba muecas de disgusto a cualquiera de los dos. El reciente tatuaje del actual rubio parecía cambiar de forma y dimensión; empuñar su mano y enterrarse las uñas era lo que menos le importaba, él quería detener el problema ya. 

Tom se paró al frente de él, suspirando resignado y rechinando los dientes; odiaba ver a su hermano así, molesto y tan tenso. Con un golpe que su rodilla propició a la del gemelo, logró llamar su atención en silencio, indicándole que debía colgar ya esa llamada. Los ojos de Bill miraron los del otro, no obstante el rubio ignoró su pedido y continuó la conversación removiéndose en su asiento. El mueble ahora albergaba a un solo gemelo. 

Una vez dentro de la cocina no tuvo mejor idea que cortar por la mitad un par de maracuyás, haría un jugo, algo para que su “todo” apaciguara su ser. Lo que Tom más disfrutaba en el mundo era en serle útil, aunque él no se lo dijera jamás y menos de esa forma. Vertió la consistencia gelatinosa y aromática dentro de la licuadora pero se detuvo, Bill ya no hablaba más. 

—Tenemos que ir —dijo Bill en forma monótona desde el marco de la cocina. Su semblante demostraba malestar y ansiedad. 

Tom se mantuvo de espaldas a él, con ambas manos apoyadas a cada lado del artefacto; solo se limitaba a respirar y a pensar en alguna solución, sin embargo oyó unas zancadas ya dentro de la cocina. Bill se le había acercado rápido y el sacudón que le propició a su gemelo, volteándolo, no pasó desapercibido. El menor comenzaba a alterarse. —¡Tenemos que irnos ya! ¿No lo entiendes? Es un problema muy serio y al parecer soy el único que se preocupa; esto nos involucra a los dos pero parece que a ti se te ha dado por bloquear ese cerebro y dejarme todo el peso. —Tom dio un paso hacia atrás, pegando su cuerpo aún más a las lozas de diseño—. Tengo que buscar la manera de comunicarme con él —dijo más para sí que a su hermano. Bill se dio la vuelta y salió de la cocina—, porque sé que tú no querrás hablarle; siempre yo. Todo tengo que hacerlo yo —vociferó entrando a la habitación para salir en pocos segundos con un par de abrigos con el mismo estampado en la parte de la espalda. 

Tom dejó el jugo sin licuar aún dentro del aparato y elevó la vista a la parte de la cocina donde el decorado era mínimo, cerca del foco. Uno de los perros lloriqueó desde el patio, se habían olvidado de darles su cena por dejar que la conversación por teléfono se extendiera más de la cuenta. 

—Y dales de comer —dijo Bill haciendo sonar sus llaves mientras dejaba el abrigo de Tom cerca de la puerta principal—. Iré a sacar el auto, manejo yo. 

Tom se dio media vuelta y regresó a la cocina. —No creas que manejarás con esa actitud. —Sin embargo Bill ya no lo oía, él se colocaba sus lentes de sol sin importarle que el cielo esté más negro que su pantalón; pasó ambos índices por sus cejas y salió primero. 

El mayor tuvo que apurarse, así que tomó la bolsa de galletas para sus perros, salió al patio y los cuatro canes corrieron a su encuentro moviendo sus colas y lloriqueando cada uno a su modo. Era increíble cómo podían convivir sin problemas como una familia a pesar de no serlo. Cada uno tenía una forma particular de ser aún siendo perros. Tom suspiró, su familia nunca fue así y ya estaba acostumbrado. 

Luego de poner en sus platos las galletas que serían la cena, salió de casa, la parte difícil vendría enseguida. 

Quería ser el soporte de su hermano, sabía lo terco que era en sus pensamientos con respecto a algo y que solo él lo podía entender pues casi compartían la misma forma de pensar solo que Tom no se precipitaba tanto. 

Encontró a su gemelo en el volante y Tom se acercó por el lado de la ventana. 

—Dame las llaves, manejo yo. 

—Sube ya —mandó Bill sin mirarlo. Tom sabía que perdería el tiempo tratando de convencerlo de lo contrario, así que dio media vuelta para entrar al asiento del copiloto. 

Apretó sus manos en el volante y Tom quiso poner algo de música en el auto, una relajante que últimamente le gustaba, pero Bill se lo impidió. 

—¿Ahora qué? —preguntó Tom— Nos ayudará a pensar qué hablar con ese tipo. 

—Lo tengo claro, Tom. Ese mequetrefe me va a oír, cree que conoce a nuestra familia, o lo que queda de ella. 

Tom bajó la cabeza. El tema de familia era uno de los más conflictivos para ambos. Estaban tan cómodos estando lejos de Alemania y su familia, y creían que podían refugiarse en otro continente de todo el veneno que por años habían estado soportando. Incluso que Simone, su madre, los vaya a visitar les resultaba incómodo y ahora la reciente aparición de su padre biológico Jörg había puesto sus mundos de cabeza. 

La prensa amarilla había incentivado a Jörg hablar luego de que los gemelos lo habían desheredado y ambos sabían que se venía un gran circo si no lo detenían cuanto antes. Bill había recibido una llamada del abogado de su padre quien ratificaba que su patrocinado defendería sus derechos hasta el final o podría llegar a un acuerdo económico que casi vendría a ser lo mismo, “cobrar la herencia”; prácticamente no les daba otras salidas. 

—¿Dónde está el dicho que dice: Se cosecha lo que se siembra? —dijo Bill con la mirada fija en la carretera—. ¿Acaso él merece servirse de todo nuestro trabajo? ¡Jamás nos apoyó! —Tom lo observaba de reojo y llevó una de sus manos al brazo de Bill para acariciarlo como solo él sabía. Bill pestañeó unas cuantas veces comenzando a relajarse, mas eso no duró mucho pues su celular sonó—. Ahora qué mierda. 

—Déjalo. Yo contestaré. 

—No, estoy seguro que es el abogado. —Con una mano, sacó su celular y miró la pantalla. Tom se sorprendió de su mirada, le era familiar ese gesto de disgusto—. No puede ser, ¿y ahora qué quiere? 

—Dámelo, debes conducir. —No esperó a escuchar una respuesta y quitó el celular de sus dedos, no obstante, el objeto dejó de producir su sonido. —Cortó. 

—Como siempre lo hace; Tom, apaga esa cosa. 

—Cálmate Bill. —Tom lo apagó y guardó en sus ya no tan anchos pantalones. Se pasaba la mano izquierda por la cara, a esas horas ellos solían jugar un poco con sus perros y tomar una sola ducha, no ver las líneas de la autopista dibujar pocas veces una verdadera línea recta. 

—El “entrometido” vive a kilómetros… —dijo con ironía—. Tenemos que ir al maldito grifo, la aguja ya no marca nada. 

Tom le miró el perfecto perfil, si tan solo supiera lo mucho que quería decirle. —Sí. —Se limitó a responder; muchas veces renegaba la llegada del momento cuando se dio cuenta de lo diferente que se comportaba con su hermano: dentro de su propia burbuja Tom había comenzado a fingir. 

Apenas vislumbrado el estacionamiento, Bill ya se desabrochaba el cinturón de seguridad; cuando el automóvil dejó de moverse, Bill ahora tenía un pie afuera del auto. Tom vio por el espejo retrovisor la impaciencia de su hermano haciéndose palpable cuando sacó un cigarrillo y lo encendió mientras la pantalla del establecimiento marcaba una serie de números corriendo sin parar. 

—¡Hey! —Bill se agachó y miró a su hermano que desde el reflejo lo observaba con desaprobación. Algunas veces Bill solía actuar sin medir consecuencias y esas veces se volvían perennes cuando se encontraba ansioso, para su fortuna, no era consciente de ello, no lo hacía a propósito. Fue por esa razón que, a regañadientes, apagó el cigarrillo con la suela de su zapato. 

Nuevamente en la carretera, Tom palmeaba sus rodillas mientras un recuerdo de la pista grabada la madrugada anterior venía a su cabeza. Trataba de disipar lo que fuera que Bill pensaba en esos momentos ya que su conexión le indicaba algo de angustia y por qué no, miedo. 

—Tarará —tarareó el de trenzas y sonrió cuando Bill lo miró para después ocultar una sonrisa—. Será buena, esa —le dijo, a la vez que fingía rascarse parte del tobillo. Tom quería robarle otra mirada más. 

—Lo sé —respondió con un par de palabras. 

Una música hip hop atropelló la sutil conversación, esta vez era el teléfono de Tom. Lo sacó rápidamente del mismo bolsillo donde se encontraba el de su hermano y chasqueó la lengua al leer el nombre de su padre biológico. 

—Quiere vernos muertos, sabe que ahora conduzco y también lo mal que me pongo cuando insiste así —dijo Bill adivinando quién era. 

—Bill. 

—En el dos mil nueve casi “estiro la pata” por su culpa. 

—¡Bill! —elevó el tono de su voz. 

El menor mordió su labio inferior y pasó la mano por sus cabellos bicolor. Sabía lo que vendría. 

—Contestaré —anunció el de trenzas. 

El silencio en la línea se hizo presente, ocurría siempre lo mismo cuando uno de los gemelos decidía por fin oír su llamado. 

—Diga. —Jörg continuaba sin responder, entonces Tom aprovechó ese lapso de tiempo y activó la opción de altavoz. 

—¿Bill? —Tom miró al anunciado, éste torció los ojos y sonrió amargamente. —Bill, llamé a tu hermano hace media hora. 

Jörg confundía el tono de voz de ambos gemelos, el tiempo y los años perdidos jugaban con su mente al hacerle olvidar la mínima diferencia de los dos jóvenes dentro de la línea telefónica. 

—¿Qué quieres? —preguntó Tom. Mentalmente él y el vocalista cambiarían de nombre. 

—Hijo, creo que debemos hablar los tres, esto no puede estar pasando entre nosotros. —Tom rió sarcástico y Bill apretó ambas manos en el volante. 

—Nunca te hemos preocupado, todo es dinero para ti. 

—¿Cómo crees semejante cosa? Siempre me preocupo por ti y desde que te tatuaste esa calavera en la mano ando pensando en tus ideaciones suicidas. ¡Me preocupas! 

—¡Cuélgale el teléfono! —vociferó Bill. 

—¿Bill? —preguntó Jörg en la línea, estaba dudando de con quién estaba hablando. 

—Soy Bill —dijo Tom y el mencionado lo miró con desaprobación—. Y pienso que pierdo el tiempo hablando contigo. Nos mandaste tu abogado, entonces te mandaremos a los nuestros. 

—Necio como siempre —dijo Jörg y Bill frenó en seco. 

El hermano menor se hartó del "juego" del cambio que ambos parecieron idear mentalmente, él no estaba para perder el tiempo, necesitaba cerrar ese punto a la brevedad posible, además ver un Bill ocupando ese espacio en el auto lo atemorizó un poco, con uno era suficiente, no soportaría perder a su otra mitad por tener una copia de sí mismo. 

«No tendría sentido», pensó el de cabellos bicolor. 

—Trae el teléfono —pidió a Tom, pero el de trenzas giró el rostro para no verlo, su padre comenzaba a decirle que quería viajar a Los Ángeles—. Dile que no —exclamó Bill comenzando a forcejear un poco con el mayor. 

—¡No peleen! —Se atrevió a decir el padre de ambos. 

Bill se enfureció, tomó el teléfono como pudo y se alejó de Tom pegándose a la ventana del auto. —¡Deja de creer que lo sabes todo! ¡No vuelvas a hablar de mí ni de Tom! Tampoco digas que te importamos porque solo apareces para decir esto luego de la demanda. Hacemos lo que creemos justo, no mereces tener lo que nunca nos diste. Te lo advierto Jörg, olvídate de nosotros. 

—Tom —se confundió otra vez—, estoy tan seguro que Simone tiene mucho que ver, esa mujer los ha envenenado, siempre ha sido así… 

—No soy Tom y no quiero hablar contigo de mamá. —Por supuesto que no era Tom, de eso estaba seguro ya que sabía que él se encontraba a su lado. 

—No trates de engañarme… 

—Sí, soy Tom —dijo con amargura. Una ácida discusión se formó y Tom solo podía presenciar ese hecho sin poder intervenir aunque quería, sin embargo sabía que Bill ganaría como siempre. 

Tom pudo ver que se habían estacionado pasando una pequeña loma y que la carretera parecía desolada, apenas algunos autos pasaban y uno de ellos les tocó el claxon como advertencia, estaban mal estacionados, debía avisar a Bill rápido. 

—¡Hablaremos con tu maldito abogado, él te avisará! —Para ese instante de la comunicación a Jörg no le quedaba duda de que hablaba con Bill. 

Tom giró el rostro para mirar hacia atrás y avisar a Bill que debía encender el auto por si venía algún vehículo desde el otro lado de la lomada. 

Tomó su brazo para que lo viera pero el cantante se sacudió, estaba airado y quería seguir discutiendo, dejar las cosas en claro de una vez, pero poco notó que un camión de mudanza se acercaba en la carretera, solo Tom vio las luces delanteras y apenas gritó ante lo evidente. El camión les chocó por detrás y el auto último modelo dio varias vueltas de campana. 

Todo parecía suceder de manera lenta y abrumadora. Las bolsas de aire se activaron automáticamente, ocasionando que el que traía lentes oscuros se lastimara con sus propios objetos; pequeñas líneas rojas aparecieron cerca de sus órbitas, sin embargo, no tardaron en hacerse cada vez más gruesas, la sangre en sus tejidos estaba desesperada por salir al exterior y coagularse. 

Una vez que el vehículo dejó de moverse, el conductor del camión se bajó desesperado, había mucho polvo y las luces del auto chocado iluminaban intermitentes, estaba volteado y aún las llantas giraban en su eje. 

El hombre comenzó a desesperarse. 

No sabía si las personas que lo conducían estaban vivas, el impacto había sido muy fuerte y el auto tenía las lunas completamente rotas, además de desprender un fuerte olor a gasolina que invadió sus fosas nasales haciéndolo temer si se acercaba a la escena. 

—¿Aló? ¡¿Qué pasó?! —gritaba Jörg en la línea telefónica, había podido escuchar el ruido del impacto y luego el celular había terminado a un lado en la autopista, curiosamente aún funcionaba—. ¿Bill, Tom? 

Al conductor del camión de mudanza le sangraba la nariz, no obstante, su herida no le dolía tanto como ver los cuerpos dentro de los pedazos de metal blanco. 

Aturdido, el de cortes en el rostro abrió los ojos y con un fuerte sonido agudo que lo sentía provenir desde uno de sus oídos, no pudo diferenciar de cuál, sin embargo un líquido caliente empezó a descender desde un lado de su cuello, pese a ello aún no procesaba lo que había ocurrido. 

—¡Hey! —gritó el conductor al ver a uno de ellos moviendo la cabeza a pesar de sus heridas. Corrió hasta el auto con desesperación sin darse cuenta del aparato telefónico que destruyó en una de sus pisadas. 

El que se encontraba frente al timón acercó su mano al verla ensangrentada, entonces sintió el olor a tabaco en varios de sus dedos y abrió los ojos completamente. Recordó que Bill había encendido uno, que condujo y que Jörg les había llamado, sin embargo entrecerró sus ojos al girar el cuello hacia su derecha, allí se encontraba su gemelo de conrows aún sin despertar, sin embargo se asustó al verse a sí mismo en el asiento del copiloto, trató de tocarlo más al ver con mayor claridad pero se detuvo al observar sus propios dedos adornados con grandes anillos. Cogió uno de los rotos espejos esparcidos por la carretera y aún de cabeza se vio en el reflejo. Aparentemente él era Bill, ya que su cabello estaba muy diferente y ni qué decir de las heridas que aún sentía latiendo en su rostro. 

—¿Bill...? —lamentó con la voz resquebrajada—. Bill... —Rogó mentalmente por alcanzarlo, lo sentía lejos y eso lo llenó de temor, no podía imaginarse sin Bill. 

No podía. 

El hombre le habló enérgico. —Muchacho, ya llamé a los bomberos, están en camino. ¿Son solo dos? —preguntó al darse cuenta del joven de trenzas, sin embargo el de cortes en el rostro parecía no oírlo. 

Algunos autos que transitaban por la autopista empezaron a disminuir la velocidad al pasar cerca del accidente y otros a estacionarse curiosos. Los llamados a las centrales de emergencia incrementaron de número y pronto se supo del acidente en la carretera central y, como siempre, los noticieros informaron con velocidad al filtrarse los nombres de los heridos. 

"Miembros de famosa banda alemana sufre accidente". 

::::: 

La comidilla en los tabloides eran puras mentiras, información de dudosa procedencia y rumores filtrados por completos desconocios que afirmaban trabajar dentro de las paredes de esa clínica. La banda volvía a ser el tema diario de conversación, sin embargo ningún programa mencionaba su trabajo, todos hablaban acerca del accidente que todavía dejaba a uno de los gemelos en la inconsciencia, dos días habían pasado y un Kaulitz no abría los ojos. Para fortuna de la banda, o mejor dicho, por órdenes estrictas de Universal y gracias al dinero que ellos ofrecieron a la clínica, el aparente estado del menor de los gemelos era publicado como "milagroso" salvo por algunas heridas que hasta ese día permanecían cubiertas con parches blancos. 

Universal no permitiría que por nada del mundo se sepa que el cantante de Tokio Hotel se hacía llamar Tom Kaulitz, hasta llegar al punto de enfurecerse si alguien le daba la contraria. 

—Quiero compartir la habitación con Bill —demandó el menor, el teléfono temblaba en sus manos—. Pronto... 

—Hacemos lo que podemos, Bill. Estarás con Tom a más tardar durante la tarde, estas cosas no son tan fáciles, debes comprender. Es más, te tengo noticias: El dermatólogo dice que no te quedarán marcas en el rostro y tampoco en tus manos. Genial, ¿cierto? 

Se oyó su respiración lenta y entrecortada, él solo quería a alguien por sobre todas las cosas. Cortó la llamada y se dirigió a la habitación de Bill. Cerró la puerta detrás de sí y lo observó en detenimiento, tal y como lo había hecho el día anterior. Su hermano ya no tenía esas trenzas que le gustaban tanto, se las habían soltado y además de ello portaba un collarín y suero fisiológico. 

Se acercó a su rostro y le dio un beso en los labios; sintió un tirón en su vientre ya que le dolía verlo así. Buscó una silla donde sentarse para acompañarlo y tomó una de sus manos, estaba algo fría y la calentó con las suyas. 

—No me dejes, Bill… ni se te ocurra dejarme. Estoy cuidando de tu cuerpo, ¿sabes? Dicen que no te quedará cicatrices, me lo acaban de decir. 

La puerta se abrió y entró Simone caminando a paso lento, temía enfurecer a Bill. 

—Bill… —el mencionado se encrespó un poco—. Se pondrá bien, es solo cuestión de tiempo. Creo que ha llegado el momento de dar la cara, ¿no crees? Siempre has sabido manejarlo, quizá sea bueno una conferencia de presa para aclarar las habladurías. 

Si bien es cierto, Bill siempre había podido lidiar con la prensa ya que por algo era el cantante de Tokio Hotel, su especialidad siempre había sido sacar la cara por el grupo, tal y como Tom lo afirmó hace algunos años durante un entrevista: Bill es un buen sujeto; siempre sabe qué decir en diferentes ocaciones. Ahora las cosas eran distintas, Simone hablaba con Tom en realidad, pero veía el cuerpo de Bill y a pesar de que había cambiado su forma de vestir usando ropas un tanto holgadas llegando hasta a transformar su forma de caminar, nadie lo había notado extraño, ni su madre, nadie le creía que él no era Bill sino Tom. ¿Cómo había pasado eso? Ni Tom lo sabía, pero tanto era su amor por su hermano que poco le importaba que ahora sea su cuerpo al que viera aún inconsciente, sabía que dentro de él estaba Bill, su Bill y le había prometido cuidar de su cuerpo, hasta se había puesto sus amuletos en el pecho para que nadie se los quitara o los guardara lejos, tal y como Bill lo hubiera hecho. Eso quería pensar. 

Tom miró a su madre a los ojos y negó con la cabeza. —No podré hacerlo. 

—Jörg quiere hablar, vino ayer de Alemania. —Tom cerró los ojos por un momento, estaba harto de ese problema, quizá Bill hubiera podido tomar cartas en el asunto de manera más radical, pero él no podía. 

—Que haga lo que quiera, solo que no venga aquí, avisaré a seguridad que no haga nada. —Simone estaba sorprendida de la poca iniciativa de su, aparentemente, hijo mayor. 

Salió de casa rumbo al patio, increíblemente solo sus perros se daban cuenta de que en realidad era Tom. Su “Chico”, como solía llamar a su perro favorito, no tenía dudas de moverle la cola con energía, lloriqueó un poco y trajo en su hocico su juguete preferido. Tom sonrió como ahora pocas veces lo hacía, el menos sus mascotas le regalaban buenos momentos. 

—Ojalá todos ellos fueran como tú… 

::::: 

Los días habían pasado y el staff de Tokio Hotel estaba más preocupado por la poca iniciativa del cantante de querer aclarar las cosas. Por un lado, su padre biológico seguía hablando de ellos, publicando fotos de la infancia y diciendo que él era el mejor padre, que los extraña, sin embargo no dudó en tergiversar el hecho del accidente como un acto suicida de parte de los gemelos, decía que querían morir y por eso habían hecho el testamento quitándole a él sus derechos como padre biológico. La prensa hacía espacio en tus tabloides sin medir palabras, incluso habían tomado una foto de Bill vestido como Tom, con las raíces de su rubio cabello más negro de lo normal y sacando a pasear a su perro. La prensa interpretó eso como que el cantante de Tokio Hotel había caído en una profunda depresión por la condición de su hermano aún en coma. 

Cuando Tom entró a casa David Jost estaba esperándole; había pasado casi dos semanas. 

—Bill, debemos hablar. —Se había cansado de que huyera de las confrontaciones, quería aclarar las cosas de una vez. 

—Jost, no tengo tiempo —dijo sin mirarlo; pasaría de él como si de un desconocido se tratase. 

—¿No tienes tiempo? No haces nada Bill y las cosas se salen de control, debemos seguir con las grabaciones de voz, las mezclas, letras para el nuevo álbum, ¡hacer algo! Estamos atrasándonos más. 

—¡No sin mi hermano! 

—Georg podrá tocar la guitarra… —Mostró ambas palmas de las manos, había titubeado en decir eso. 

—¿Qué estás diciendo? 

—Sí, e incluso podemos pedirle colaboración a Kenny para el bajo, será temporal. Nada es imposible, Bill. 

—¡Enloqueciste! No pienso hacerlo, además no sé cantar, estoy harto de repetirlo, no soy Bill y quien me contradiga se ganará mi indiferencia. Llevo advirtiéndolo muchas veces y estoy controlándome demasiado en mantenerme cuerdo. Tú no tienes idea de las cosas que estoy pasando. —Le apuntó con el dedo y Jost abrió los ojos sorprendido, ese detalle había lucido muy al antiguo Bill, uno que se había hecho extrañar ya sea para mal—. Lo que menos queremos es más tensión, tú no tienes a tu hermano gemelo postrado en una cama... —Dejó la oración incompleta al írsele el aire. 

Dio media vuelta, se dirigió al baño ubicado en el segundo piso y se echó abundante agua al rostro pues había estado a punto de llorar frente a su manager. Al ver su reflejo lo acarició con fervor ya que sus dedos temían tocar su piel, esa que alguna vez fue ajena y tan llena de imperfecciones, las que tanto amaba; ni Tom sabía cómo era que podía soportar toda esa situación. 

No le importó la visita esperando en los muebles de cuero ya que probablemente ésta se iría con el pasar de los minutos, era una vieja costumbre que los gemelos y Jost habían desarrollado con los años. Aprovechando eso, se quitó la ropa y dejó que todo fluya con lentitud; se sentía sofocado y no era para menos: Dos semanas llenas de presión y preocupación habían empezado a pasarle factura al realmente sentirse decaído casi a todas horas y él quería estar perfecto para su hermano. Quería ser su pilar. 

Algunos gemidos escaparon de sus labios, algunos eran de placer, así como otros fueron de tristeza. Le dolía tocar ese ajeno cuerpo pues cada línea perfectamente dibujada de negro le recordaba a su hermano. “Siempre volveremos a nuestras raíces” cobró vida al Tom respirar con premura hasta casi verla deformarse cuando líquido de color se entrelazó con ella. 

Él lloró al hallarse desnudo al borde de la tina. 

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Esa tarde recibió una llamada de la clínica, indicándole que el estado de Tom Kaulitz había progresado notoriamente durante las últimas horas, sin embargo, ocurrió lo que el que tomaba el teléfono en sus manos había estado meditando durante muchos días: “Tom Kaulitz” había demandado aireado la presencia de su hermano. La enfermera en la línea informó el hecho sin minimizar el detalle de algunos “pequeños” altercados dentro de esa habitación. 

El del lunar bajo en el labio llegó al establecimiento en contados minutos, el corazón le latía fuertemente y los nervios estaban a flor de piel cuando la voz grave de su hermano se sentía hasta afuera; en los pasillos algunas enfermeras pasaban curiosas mirando hacia esa puerta cerrada. 

Vio a su madre al entrar a la habitación y pasó de ella, Simone esperaba un saludo por parte de su hijo menor, como siempre lo había hecho, sin embargo las cosas no resultaron así. 

El que permanecía acostado en la habitación se inmutó ante la presencia de su hermano, no podía creerlo, la sorpresa fue tal que olvidó lo que estaba discutiendo con un enfermero. 

—Se salen todos de la habitación —dijo “Bill Kaulitz”, autoritario, acomodándose los lentes de sol y masticando una goma de mascar. Carraspeó al ver que nadie se movió del sitio—. Ahora. —El enfermero salió veloz y horrorizada Simone le secundó no sin antes darle una mirada atónita a su hijo rubio antes de cerrar la puerta. 

“Bill” le colocó el seguro a la manija y se quitó los lentes. La conversación la tenía a segundos, sabía que sería larga y dolorosa, no obstante, el que ahora se sentó en el borde de la camilla soltó tres fuertes carcajadas, se acercó al otro y tocó su rostro con desconcierto. 

Su hermano estuvo allí para socorrerlo, pues el que acababa de salir de coma se había desmayado en sus brazos. 

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El concierto había terminado, lo que Jost en su momento había creído imposible o insólito, había salido de maravilla. El simple hecho de que los gemelos cambiarían de papel por así decirlo, había llamado la atención de mucha gente incluso no fan de la banda. El acontecimiento estaría en las primeras noticias de espectáculos por mucho tiempo. 

—Si la primera gira fue así, creo que las demás están aseguradas. ¡Estuvieron geniales! —dijo David muy emocionado. 

—En verdad eres Bill —dijo Gustav codeándole a quien aparentaba ser Tom por donde lo viesen. Había cantado y aunque era otro timbre de voz, lo había hecho tan bien como Bill solía cantar. Lo mismo había acontecido con la guitarra que tocaba Tom en el cuerpo de Bill, aunque esto demoró un poco pues tener que acostumbrar a sus manos a ser ágiles como las era en su verdadero cuerpo había resultado un poco difícil, pero lo había logrado. 

Ambos gemelos respiraban el éxito otra vez y esa sensación de alivio y comodidad no se las quitaría nadie. 

Esa noche regresaron al hotel, estaban muy relajados y fue Bill en el cuerpo de Tom quien le besó de sorpresa ni bien terminaron de entrar. 

—Fácil para ti —respondió entre suspiros Tom con apariencia de Bill, un poco cohibido. 

Después del incidente de cambio de cuerpo, ninguno aún se atrevía a hacer el amor por obvias razones. El amor aún estaba intacto, pero simplemente no sabían cómo podrían hacerlo en ese estado con la mente acusándole a cada quien que lo hacían con su cuerpo, como en un espejo. 

—Como masturbarse, ¿no crees? —Dijo el de trenzas con una sonrisa que solo pertenecía a Bill por lo atrevida. 

Tom, en el cuerpo de Bill, disfrutó mucho ver cómo su anterior cuerpo se comportaba como el ser que más amaba. Algunas veces le provocaba risa, pero otras no, se recostó en la cama y se dejó hacer. 

—Jamás pensé que me veía así de… de sexy —dijo Bill al ver a Tom disfrutar en el cuerpo que antes le pertenecía—. Mis tatuajes, todo… 

—Shh, deja de hablar y pensar en ti. Haz que termine. 

—Demandante como solo tú. 

La experiencia fue única e incluso les gustó a ambos, pues compartían cierto narcisismo y eso ayudaba. Sin duda era como haber satisfecho una extraña fantasía sexual. 

—¿Crees que así permanezcamos ahora? ¿Para siempre? —cuestionó Tom en el cuerpo de Bill. Su hermano estaba fumando—. Oye, no fumes con mi cuerpo —quien era Bill rió. 

—No te pertenece más y ¿sabes?, quiero tatuarlo. 

—¡Ni te atrevas! —Tom se le lanzó y le quitó el cigarro, Bill lo envolvió en sus brazos otra vez. 

—Creo que ahora me gustas más, luces increíble con mi cuerpo. 

—¿Crees que podamos vivir bien así? 

—¿Tienes dudas? —Tom asintió—. No deberías, hasta ahora todo ha salido bien. —Besó sus labios y lo puso a su costado. 

—Creo que estaré bien —dijo Tom con una sonrisa. 

La forma en la que ahora se complementaban era especial, un lazo tan estrecho que ni la más extraña situación podría romper. 


Espero les haya gustado *-* personalmente la simple idea de que intercambiaran cuerpos me fascina *o* ojalá algo así existiera. 
 Besos a todos.

14 comentarios:

  1. :O esto fue único, :O nunca había leído algo así... :O fue muy interesante... y a la vez, ¿extraño?.. (en el buen sentido)... es que fue singular...que intercambiaran de cuerpo.. wow!.. sorprendente... me gusto mucho... xD en partes me confundí, especialmente después del accidente.. que estaba de copiloto y que recordaba a Bill fumando, y todo eso... xD pero después entendí xD ...pensé que al final volverían a sus cuerpos... jaja y pues era obvio que Bill quisiera tatuar su "nuevo cuerpo" hahaha.. xD mmm ¿y algunos cuantos piercings mas también?, me imagino xD..

    cuidate! küsses!

    Criis.

    PD: De casualidad,¿subirás Póster?.... Ame con toda mi alma ese Fic *-*

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    1. Hallo <3 gracias, fue una idea genial de Aliss, queríamos algo diferente y esto salió. Y si tú estuviste confundida por partes nosotras también ;D jaja, era algo confuso tener describir a cada quien.
      >:3 cierto, faltó los piercing de seguro Bill haría eso jajjaa
      Y sobre Póster, estoy pensando que sí, de hecho, subir todos mis fics poco a poco. Tengo mucho que actualizar... Veremos
      Besos y gracias por amarlo~

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  2. Oh, quedo muy bien, si todo lo que escribes queda perfecto :D
    me gusto mucho, no se me gusto que ni siquiera se que decirte, eso me suele pasar mucho de tan emocionada que estoy, no puedo decir y explicar nada :c solo te digo que me gusto :D

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    1. Gracias, quizá quedó bien porque lo hice con Aliss *-* estoy satisfecha del resultado, no puedo negarlo n_n
      Gracias por las lindas palabras.
      Besos <3 <3

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  3. wow Esta BUENISIMA!
    y la idea esta super genial, me encantó!

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  4. asdsdadsasdsads cambio de cuerpos me he muerto!! lo ameeeeeeeee!

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    1. Gracias <3 <3 y sí, cambiaron *w* forever xddd
      Besitos <3

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  5. Iba a leerlo en el grupo de Autores pero pensé que sería mejor hacerlo aquí en tu blog, para dejarte mi coment XD

    Primero que nada, debo decirte que sólo me faltan por leer dos de las historias que participaron, y sinceramente me siento muy mal por no haber tenido el tiempo suficiente para darles mi voto porque definitivamente sería para esta maravillosa historia <3
    Me gustó de principio a fin >u< me imaginé a Tom cantando y a Biu tocando la guitarra y... uff!! ¡Excelente imagen mental! xD A mí también me gustaría que algo así pasara en la vida real *--* sería como un buen "experimento".
    Lo que le dio el punto extra fue que no regresaran a sus cuerpos originales, eso fue salir del típico happy ending y suplantarlo por un ÚNICO happy ending <3
    Sin palabras *--*

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    1. Hallo Twincestoxa <3 gracias por el voto aunque ya pasó el tiempo. nos gustó hacer este fic, pusimos todo de nosotras en tan corto tiempo (escribimos casi en la fecha límite XD)
      *-* también nos gustó imaginar eso... aún lo pienso y wow, con esa idea de que Bill tocará en el próximo tour una guitarrita pequeña, con solo eso ya me emociono xd
      Y debatimos un poco en si regresan o no, pero decidimos que mejor no >:3 jajaja y quedó así.
      Gracias por tu comentario *-* Aliss y yo lo agradecemos.
      Besitos <3 <3

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  6. Recien pude terminar de leerlo, lo habia komenzado hace tiempooo :) y komo anuncian en los avances de las pelis " basado en hechos reales " por lo de esa kuestión kon Jörg el padre biológico(cof cof oportu cof cof nista y a kien kise matar por lo del accidente grrr) konfieso ke me enrede un poco jijiji Les kedo GENIAL, las felicitooo chiks besitos Lily ♥

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    1. *-*!! hallo, gracias por leerlo, y sí, para nosotras también fue un poquito confuso pues esto de cambiarlos a los dos xd pero nos gustó hacerlo
      besos <3 <3

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    1. pero si está entendible xdd pasó que se quedaron así, uno en el cuerpo del otro forever :3

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